Si eres de los que cree que pensar en el futuro no es necesario, que analizar los resultados no es importante, que para qué realizar previsones si nunca se cumplen, o que controlar tus resultados  es una pérdida de tiempo, te recomiendo que sigas leyendo.

Incluso si tu negocio está creciendo y obteniendo resultados positivos es esencial para el futuro de tu negocio que conozcas la VERDAD.

Sin VERDAD no sabrás que acciones te están funcinando, qué productos o servicios son los más demandados, qué departamentos o secciones funcionan mejor, cuáles de tus proyectos son más rentables, cuáles de tus productos tendrás que mejorar, promocionar o retirar del mercado.

Tener una mano en agua hirviendo y la otra en agua con hielo no consegurá que te sientas templado

Seguramente no es la mejor forma de conseguir que tu estado coporal se mantenga en 36º. Sin embargo, muchos empresarios piensan que sus empresas funcionan bien por el hecho de ganar dinero, sin ser lo suficientemente conscientes de cuáles son las unidades de negocio que realmente aportan valor y cuales restan.

Si en tu empresa no eres capaz de diferenciar cuáles de tus productos están siendo rentables, qué acciones están funcionando, cuantás son las ventas mínimas para conseguir no perder dinero o cuánto esperas obtener de cualquier inversión no sabrás realmente cuántas de tus actividades, servicios o unidades de negocio están en agua hirviendo y cuáles en agua con hielo.

Éstas y muchas otras cuestiones tendrán respuesta si implantas un buen sistema de control de gestión que garantice una correcta toma de decisones.

¿Es complicado implantar un sistema de control de gestión?

Una vez definidos los procesos internos y los flujos de información necesarios, la implantación de un sistemade control de gestión se lleva a cabo de una manera muy simple.

Lo realmente importante es establecer los objetivos mediante el proceso de planificación, organizar los recursos necesarios e implantar el proceso de control que garantice resultados predecibles. La información es el activo más valioso para la toma de decisiones y así corregir las posibles desviaciones definidas en el plan.